El PSOE ha decidido que la elección de las candidaturas a la presidencia del Gobierno de España se realice mediante la participación de la ciudadanía, siguiendo los modelos practicados por la izquierda italiana y los socialistas franceses, adelantado por los socialistas catalanes, aparece en la escena política española un cambio de una gran relevancia en el sistema de partidos, cuya transcendencia sólo podrá valorarse una vez se puedan analizar procedimientos y resultados.
Al propio tiempo, se ha dejado en manos de las respectivas direcciones del partido en las Comunidades Autónomas la utilización del mismo método para las elecciones a la presidencia de los gobiernos autonómicos. Nada se dice de las ciudades y a esto no debería dársele una importancia menor.
Desde mi punto de vista las ciudades son los ejes básicos en torno a los que se articularán políticas esenciales para la actividad económica, la prestación de servicios públicos identificados con el estado del bienestar y la calidad de la democracia, una democracia avanzada asentada en una ciudadanía activa y comprometida con lo público y sobre todo, la superación de la “vieja política” por un nuevo modo de entender “lo público”, la democracia y la propia acción política.
No debería perderse de vista que la hegemonía de la derecha se ha ido asentando sobre un poder local, históricamente inestable y desequilibrado, sin una financiación y competencias definidas, la “explosión del desorden” provocada por el “todo urbanizable” del neoconservador Aznar, hizo girar en torno a un urbanismo salvaje las fuentes de financiación y acción política de unos Ayuntamientos metidos en la burbuja de “la fiebre del oro”. Ahora, esa misma derecha, quiere cerrar los Ayuntamientos y con ellos, servicios públicos esenciales, estrategias territoriales de colaboración público-privado y las instituciones más cercanas a la ciudadanía, cerrar la democracia cercana.
Desde esa perspectiva, deberíamos ser conscientes de que se avecina una ardua tarea de reconstrucción, el “paisaje después de la batalla” es mucho más exigente, la derecha y unos cuantos de los supuestamente nuestros han “asaltado” lo público, la democracia y los bienes más preciados sobre los que la izquierda puede ser izquierda: la honradez, la generosidad, la lucha contra la arbitrariedad del poder, la justicia, la lucha contra los privilegios…
Así las cosas, el problema más grave de la izquierda política es que, junto a la pérdida del gobierno de España y de la mayoría de las CCAA, las ciudades y las clases medias urbanas hace mucho tiempo que les dieron la espalda, los antiguos “cinturones rojos” han ido cayendo en un goteo constante y con ello se han ido desarticulando unos partidos, cuyas estructuras venían, hace mucho tiempo, mostrando su debilidad fruto de anacronismos sostenidos por inercias y una cultura política cada vez más alejada de los principios y valores que dan sentido a la izquierda.
Encerrados con un solo juguete, ganan los expertos en derrotar a cualquier atisbo de crítica al poder establecido, maquinarias preparadas para la “antipolítica”, patrimonializadas, privatizadas. Si, también, los partidos, con el dinero de todos, el tiempo de todos, la historia de miles de personas generosas, han acabado siendo patrimonio de unos pocos, lo que siempre ha querido la derecha y el pensamiento conservador: “todos nos movemos por nuestro propio interés”.
Sin embargo, la negativa a aceptar esa frase, ese pensamiento es lo único que ha movido el mundo hacia una cierta armonía, a no vivir en la selva. Esa es la lucha de fondo, lo demás son cuentos de vividores, de desclasados y populistas, de picaros sin gracia, de chascarrilleros de pasillo, de mediocres sin moral, de caciquillos sin ética, de aliados objetivos de la derecha.
Es la hora de la política tomada en serio, las ciudades grandes, medianas y pequeñas son proyectos colectivos, deben serlo, necesitan de todas sus gentes, de su palabra y de sus oídos y son los partidos los que deben ser instrumentos fundamentales para canalizar esas palabras y encuentros.
Es la hora de la ciudadanía, hagámosla participe, propiciemos el encuentro. Lo que tenemos entre manos no es un juguete.
Primarias abiertas a la ciudadanía en las ciudades, ciudades abiertas a la ciudadanía.
Francisco Sanz
Abogado y militante socialista
Miembro de Foro Ético y de la Asociación Cívica RedPública
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Primarias y listas abiertas para elegir también a las/os aspirantes a concejales/as.
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