jueves, 16 de enero de 2014

Ética, transparencia y coherencia. Cuestión de voluntad

No me cansaré de repetir estas palabras una y otra vez. Ya advierto que en este artículo se repetirán varias veces. Como persona y como socialista tengo muy claro que no daré ni un paso atrás en defenderlas siempre y si para ello tengo que renunciar a algo, lo haré, como ya lo he hecho en el pasado.


Todos cometemos errores, pero de estos se debe aprender para no volver a caer en ellos. Cuando el error solo te afecta a ti se queda en tu ámbito y ya está, pero cuando este error afecta a una organización, como es el caso de un partido político, la responsabilidad es más grave. La falta de ética, de transparecia y de coherencia, dan lugar a graves errores que nos alejan cada día más de la ciudadanía, esa a la que se supone debemos servir y no al revés.

Aferrarse a un cargo aunque con ello se hunda el partido, no dimitir aunque uno esté imputado al cuadrado o al cubo, perpetuarse en oligarquías que le aseguren la vida (Beatriz Talegón me recordó ayer cuan frecuente es la "Ley de las oligarquías" de Michels), recibir o dar ayudas sin ningún tipo de control ni transparencia.... La lista de comportamientos faltos de ética y transparencia es interminable, por desgracia.

A muchos se les llena la boca de ética, transparencia y otras formas cuando acceden a un cargo, pero demasiado a menudo se les olvida que están ahí porque hubo personas que confiaron en ellos y en sus promesas. Y que a nadie se le ocurra poner de verdad en práctica lo de la transparencia y la ética (eso solo se dice para quedar bien, tonta), porque puede arriesgarse a que lo expedienten o expulsen del partido.

El famoso "daño al partido" que se invoca siempre desde un inmovilismo pacato cuando alguien osa discrepar, no lo hacen aquellos que trabajan con ética y transparencia, sino que lo hacen aquellos que intentan tapar las vergüenzas para que no les salpiquen. Y así va creciendo la bola hasta que explota, porque al final siempre explota. El tiempo siempre acaba dando la razón a quien la tiene.

El daño de verdad al partido lo hacen quienes siguen perpetuándose en prácticas oscurantistas, más propias de clanes que de organizaciones sociales, para preservar su trocito de poder y que nadie les mueva de ahí. Que no nos engañen, es solo cuestión de voluntad. Repito: ÉTICA, TRANSPARENCIA y COHERENCIA.


Mercè Perelló Coderch

Documentalista y miembro de Foro Ético

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