domingo, 23 de febrero de 2014

LAS PRIMERAS PRIMARIAS CIUDADANAS EN LA TIERRA QUEMADA.

Tierra quemada la valenciana, no debería hacerse abstracción de este hecho. Tierra de saqueo y de farsa, como bien explican Sergi Castillo y Justo Serna en dos magníficos ensayos que deberíamos leer a nuestros hijos.
Quizá esta perspectiva nos animara a ver las primarias ciudadanas emprendidas por el PSPV con algo más de interés, con algunas menos exigencias, con un poco de simpatía, quizá con una mirada algo más comprometida, más de ciudadanía activa, menos a la espera de que esos “políticos profesionales” a los que se mira con desprecio –muy justificado, en algunos casos-, nos resuelvan nuestros problemas. ¿Cómo van a resolver los problemas colectivos esos políticos inútiles y de principios volátiles?
No debería haber equívocos, quienes llevamos apostando por la democratización y la apertura de los partidos y hemos buscado mecanismos como el de las primarias abiertas a la ciudadanía, no somos tan ingenuos o estúpidos como para creer que todos los males se solucionan con éstas.
Es cierto que las tareas que nos imponemos cada uno de nosotros tienen mucho que ver con la realidad que vivimos; que, cada vez, queda menos disposición para afrontar batallas agotadoras, suficientemente sabidas, prolijamente desarrolladas en sesudos ensayos de política, antropología, sociología, psicología social…..
No creo que sea necesario insistir mucho con lo que va a significar reconstruir unas instituciones, una democracia, una idea de la política, de lo público, de lo colectivo, después de veinte años en la Generalitat, veinticinco en Valencia (y en otras importantes poblaciones) de una derecha neoconservadora, cuyas redes clientelares y desguace de lo público, todavía está por medir.
Deberíamos intentar entender que esa fuerza conservadora alcanzó un gran éxito porque forjó una gran batalla ideológica, por una parte porque su adversario político (“enemigo” como diría Carl Schdmit, y que bien utilizó la derecha con su “estrategia de la crispación”) ya no era el que era, pues muchas de las luchas obreras culminaron con éxitos que cambiaron vidas y mentalidades, por otra, porque los conflictos se diversificaron, se complicaron, se diluyeron….todo lo que era sólido y sus certezas, se convirtió en líquido y en incertidumbres: la política, el Estado, el Ayuntamiento, los principios, el sindicato, el partido, la pareja, el amor, la familia, la religión, la amistad, la clase….
Sobre ese paisaje se construyen nacionalismos, religiones, fundamentalismos, nuevas jerarquías y servidumbres, nuevos “opios del pueblo”, populismos de derechas y de izquierdas, clientelas y caciquismos, sectas, principios de quita y pon, sálvese quien pueda, constrúyase su propia vida….
¿Y qué tiene que ver esto con unas primarias ciudadanas?, quizá que son ciudadanas, quizá que nos comprometen.


Por Francisco Sanz 
Abogado y militante socialista. 
Miembro del Foro Ético y de la asociación cívica Red Pública


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