martes, 18 de febrero de 2014

El futuro se juega en Europa.

Mayo de 2014 se antoja como un mes de reflexión, de acción y de cambios, no exento de críticas y desafección ciudadana ante la grave crisis financiera, política y social que atraviesa Europa. Del 22 al 25 de mayo los ciudadanos de los 28 Estados miembros de la Unión Europea (UE) podrán votar a los 751 miembros del Parlamento Europeo sobre la base de líneas ideológicas claras y, por primera vez, su voz tendrá una importante influencia para la designación del  Presidente/a de la Comisión Europea. En efecto, la maquinaria democratizadora comienza a mejorar en la UE, pero su desarrollo y funcionamiento depende principalmente de nosotros, los pueblos de la UE.

Hemos escuchado continuamente que estas elecciones europeas son diferentes, pero es necesario entender en donde radican estas novedades y como benefician directamente a la ciudadanía. Es cierto, estas elecciones presentan importantes cambios estructurales, pero el más significativo de los cambios tiene que venir de nosotros como sociedad. Casi cinco años de crisis, recortes y modelos conservadores neoliberales han fracturado nuestro pilar como sociedad, el modelo de Estado Bienestar y en muchas casos la esperanza de un mejor futuro. Los sacrificios también tienen un límite, incluso en las inclinaciones más heroicas, y ese límite ya lo hemos superado en nuestras naciones.

Lo que se decide en Europa nos afecta directamente en nuestra vida cotidiana, no es sólo una imagen en el telediario, es nuestra realidad, y si queremos un cambio debemos comenzar a construirlo, empezando por ejercer nuestro derecho al voto y hacer que nuestra voz se escuche. Europa Importa, y mucho. 

El Parlamento Europeo:

Cómo hemos mencionado, el Parlamento Europeo (PE) es el órgano institucional que representa a los ciudadanos, electo mediante sufragio universal directo. Este hecho le convierte en la estructura institucional de la UE que encarna el principio democrático y el pluralismo político.

El PE es una novedad en las relaciones entre Estados y una institución sui generis en el marco de las organizaciones internacionales por su poder de codecisión legislativa, su atribución competencial y sus poderes de control. Este hecho establece claramente la inspiración política y de unidad entre los pueblos de la UE desde su formulación en los años cincuenta, que se materializa a través de la participación ciudadana directa. Por propio carácter excepcional, el PE es la institución europea que más cambios ha experimentado a lo largo de su propio desarrollo, comenzando como “Asamblea” en los tratados fundacionales para adquirir la denominación de PE en 1962.

Desde 1979 la elección de los representantes al PE es mediante elecciones cada cinco años, anterior a esta fecha, los diputados eran asignados por sus Partidos Nacionales ejerciendo así un doble mandato. A pesar de que las elecciones al Parlamento Europeo se celebran de acuerdo a la normativa electoral vigente de cada Estado Miembro, pero con principios comunes siendo el más importante que la elección deber ser por sufragio universal, directo y secreto y el modo de escrutinio proporcional. En cuanto a otras particularidades del voto se establecen opciones como la circunscripción electoral, que puede ser nacional, como en el caso de España que ha optado por la LOREG, o regional como en Alemania. De igual manera, cada país establece su sistema de listas, así como la edad mínima para votar (de los 18 a los 25 años) o el umbral mínimo de representación. Desde la Reforma de Maastricht los ciudadanos europeos pueden votar en su lugar de residencia, si así lo decidieran.

El PE esta conformado por grupos ideológicos o afinidades políticas, siendo actualmente el EPP (Grupo del Partido Popular Europeo) el que cuenta con mayoría al tener 265 escaños. Nuestro Partido Socialista Europeo (PSE) forma parte del Grupo de la Alianza Progresista de los Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo (S&D) y cuenta con 184 escaños. Para la configuración de un grupo político es necesario contar con al menos 16 eurodiputados de al menos 5 Estados Miembros. La importancia de la existencia de estos grupos está, no sólo en su capacidad para la formación de Comisiones Parlamentarias y de la Mesa del PE, sino en la constitución de unidad europea, transcendiendo los intereses nacionales, y de trabajo común.  El calendario de actividades del PE comprende doce sesiones, que inician el segundo martes de marzo de cada año.

Es atribución del PE la elección, por mayoría absoluta, de su propio Presidente, cuyo mandato es de dos años y medio. La tradición y norma  establece una representación proporcional de los grupos políticos, así como de nacionalidades. El actual Presidente del PE, el alemán Martin Schulz, es el encargado de dirigir las actividades parlamentarias desde las votaciones hasta la observación del Reglamento, de igual manera, representa al PE al interior de la UE, así como en sus relaciones exteriores.
  
¿Qué cambia en estas elecciones?

Uno de los grandes beneficiarios de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa es, sin duda, el PE, otorgándole mayor poder legislativo, es decir, lo confirma como legislador en igualdad con el Consejo al incrementar el número de normas sujetas a codecisión. En términos prácticos, quiere decir que muchas leyes europeas, como las que tienen que ver con gobernanza económica, inmigración, energía, transporte, medio ambiente o protección del consumidor, son decididas conjuntamente entre el PE y el Consejo. Este procedimiento de codecisión, presente ya en los Tratados de Maastricht (1992) y Ámsterdam (1999), se potencia en el Tratado de Lisboa (2009) convirtiéndose en el principal procedimiento legislativo del sistema decisorio de la UE, rebautizado como procedimiento legislativo ordinario.

Hay que resaltar que el PE también se beneficiará de un incremento competencial significativo ligado a temas de gran trascendencia como el Presupuesto, las políticas agrícolas, el mercado común, la legislación que deberá aplicarse en los Estados y firma de Acuerdos Internacionales, entre otros. Los intereses de los ciudadanos de la UE se debaten en el pleno parlamentario europeo, y ello significa que somos nosotros como sociedad, los que decidimos que tendencia y línea ideológica que queremos para nuestra políticas nacionales. Actualmente el PE está conformado por una mayoría conservadora, con fuerte inclinación a las políticas neoliberales y favorable a la política de austeridad y recortes que han marcado sus 5 años de mandato. Preocupa también, de manera especial, el auge de partidos de extrema derecha, xenófobos y anti-europeístas que supondrían una ruptura a nuestro modelo social, de libertades y derechos, y una clara amenaza a la continuidad de nuestro proyecto europeo en si mismo.

El voto al Partido Europeo Socialista (PSE) significaría la oportunidad de construir una nueva Europa basada en la justicia social, la igualdad y el pleno respeto por las libertades y derechos de los ciudadanos. Retomar, de manera eficiente y responsable, el tan aplaudido modelo de Estado de Bienestar, que ha caracterizado y distinguido a Europa. Terminar por la primacía de los bancos sobre los ciudadanos, construir espacios de dialogo y participación inclusiva, y principalmente luchar contra los principales problemas de nuestra sociedad actual; el desempleo, la falta de oportunidades y la corrupción.  

 Un Parlamento Europeo, Un Presidente de la Comisión Europea

Nuestro voto al PE, como hemos mencionado, será decisivo para la designación del Presidente de la Comisión Europea. Esa posibilidad, que le otorga mayor legitimidad al proceso democrático institucional de la UE, se alcanzó gracias a la entrada en vigor, el 1 de diciembre de 2009, del Tratado de Lisboa que en su artículo 9D párrafo 7 Título III sobre las Instituciones estipula: “Teniendo en cuenta el resultado de las elecciones al Parlamento Europeo y tras mantener las consultas apropiadas, el Consejo Europeo propondrá al Parlamento Europeo, por mayoría cualificada, un candidato al cargo de Presidente de la Comisión”. La designación del Presidente se alcanzará con la mayoría de los votos de los miembros del Parlamento. Esto significa que el Presidente de la Comisión será elegido por la mayoría de los miembros del PE, a propuesta como siempre del Consejo Europeo, pero teniendo en cuenta el resultado de las Elecciones Europeas. Así se establece un vínculo directo entre el ciudadano (que elige al PE) y la estructura institucional (Comisión Europea).

Aquí es importante resaltar la importancia de esta novedad, el PE carece de iniciativa legislativa, es decir, no puede proponer proyectos de ley, ya que dicha capacidad recae directamente en la Comisión Europea. El PE puede solicitar o recomendar a la Comisión la presentación de un anteproyecto, pero al final y con total independencia nacional, es este órgano quien considera proyectos de acuerdo a la problemática coyuntural, capacidad competencial, impacto y por supuesto, bajo estricto respeto al principio de subsidiariedad (que regule cuestiones bajo competencia de la UE y no nacionales).

Otra novedad trascendental de este nuevo proceso será la designación de candidatos comunes en todas las familias políticas europeas. En el caso del PSE, se ha elegido al actual Presidente del Parlamento Europeo y con amplia experiencia en la UE, Martin Schulz. En este sentido, nuestra campaña supondría una vertiente interesante, los ciudadanos europeos votaremos a nuestros candidatos en lista nacionales pero indirectamente votamos también por nuestro candidato común a la Presidencia de la Comisión.

TU VOTO CUENTA

Un Presidente socialista en la Comisión supone romper el actual modelo neoliberal impuesto por los conservadores, gracias al poder de independencia de la Comisión, las políticas y proyectos estarían encaminados a la justicia social, el Estado de Bienestar, la equidad, la creación de empleo y el respeto a nuestros derechos. Estas proyecciones aprobadas por un PE con mayoría socialista nos encaminarían a una verdadera Europa social y justa.

Para alcanzar la Europa que queremos, debemos hacer un ejercicio de reflexión pero sobre todo de implicación. Nuestra sociedad ha estado bajo políticas económicas asfixiantes impuestas por gobiernos conservadores que dan mayor importancia a los bancos y a la empresa privada que a los ciudadanos. Está en nuestras manos acabar con este ciclo, y para hacerlo basta nuestro voto. Las elecciones europeas representan la oportunidad de darle la cara que deseamos al proyecto europeo, lo que indiscutiblemente repercutirá el sentido de las políticas nacionales. El 25 de mayo tenemos la oportunidad de manifestar nuestro descontento a través de la votación, ejerciendo nuestro derecho a tener voz, a que nadie decida por nosotros.

Europa Importa, tu voto importa.

Naxalli Lozano Hernandez
Licenciada en Relaciones Internacionales, 
Máster en Estudios de la Unión Europea y Miembro de Foro Ético 
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