El domingo pasado, con la pretensión de hacer visible la necesidad de
enarbolar una propuesta de cambio profundo en las posiciones de los partidos
políticos de izquierda, desde Foro Ético se inició una campaña titulada POR LA
DEROGACIÓN DEL ART.135 de la Constitución del 78 que, en síntesis, pretende propiciar una iniciativa parlamentaria de los partidos de izquierda para la sustitución del actual contenido del citado
artículo por otro de tendencia más social, que proteja, de conformidad con
lo que creemos es la voluntad mayoritaria de la ciudadanía, los derechos de
universalidad y gratuidad de la educación y la sanidad, y la protección de
aquellos otros derechos asociados a la definición de Estado Social que asimismo
contempla la Constitución española vigente.
Las razones de la petición, están suficientemente aclaradas, y no se
trata de reiterarlas, pueden verse AQUÍ. Donde también puedes firmar a favor de la misma.
Es objeto
de este artículo señalar el camino que, con las elecciones europeas a la vista,
creemos necesario seguir para llevar a término esa reivindicación. La hoja de
ruta a nuestro parecer pasaría, además de por esa importante modificación
normativa, por atacar la raíz misma del
problema, los Tratados Europeos.
Si recordamos que en la génesis de la modificación del art. 135 que se produjo en 2011, estaba el famoso
principio de estabilidad presupuestaria, debemos recordar también que las
reglas que lo sustentan no son novedosas, sino que están incorporadas a nuestro
derecho desde 1997 y forman parte integrante del mismo desde que aceptamos la
entrada en el euro.
Es el derecho europeo el que exige a los Estados cumplir con las reglas
de estabilidad, de ahí que muchos no entendiesen en su momento las prisas por
introducir en el texto constitucional la discutida reforma, y es el citado
derecho europeo el que proporciona a la
Unión los mecanismos para exigirla a los Estados.
No nos adentraremos, porque lo venimos reiterando desde la creación de
Foro Ético en que hay “otras maneras” de conseguir la estabilidad
presupuestaria, optando por redistribuir equitativamente el esfuerzo,
recortando gasto superfluo y no gasto social, aumentando los ingresos y no
rebajando los gastos…., pero si nos interesa, en este momento, una vez
acreditada la necesidad de cambiar el art. 135 de la Constitución, situar el foco en el lugar donde se establecen
las normas que han ahogado al sur de Europa y por tanto a nuestro país.
La correlación de fuerzas en el Parlamento Europeo no ha sido muy
propicia para aprobar normas de contenido social, y sabemos que las políticas
de izquierda han estado en posición de debilidad permanente, por lo que las
políticas adoptadas en la Unión han ido en detrimento de las clases sociales y
el principio de estabilidad se ha mantenido a costa del poder adquisitivo y de los
derechos y prestaciones públicas de la ciudadanía. Esto es lo que hay que
cambiar.
No podemos quedarnos
en la derogación del artículo 135 y no
dar mas pasos adelante, la derogación tendría un efecto simbólico sin duda muy
relevante para la ciudadanía (produciendo el efecto contrario al que produjo su
modificación en 2011) pero los importantes efectos normativos los debemos
producir en Europa. Es importante resaltar que la clave del problema está también
en Europa, el Consejo de la Unión Europea y la Comisión Europea tienen poder
suficiente, en este momento, para imponernos
su manera de hacer las cosas.
Precisamente
por ello, las elecciones de mayo del
presente año al Parlamento Europeo son tan importantes .
Si queremos
cambiar el signo de la política europea, tener mayoría suficiente para
modificar los Tratados y las políticas que en ellos se contienen, si queremos
construir una Europa mas social y mas justa que la que se contempla en los Tratados actuales, deberemos, la ciudadanía , optar por aquellos programas electorales que permitan ver que otra Europa es posible
y , por supuesto, votar a los partidos que representen esas opciones.
Foro Ético
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