viernes, 29 de noviembre de 2013

PROPUESTAS DE FORO ÉTICO AL DEBATE POLÍTICO (PRIMERA PARTE)

Iniciamos con este texto la cadena de tres artículos en los que expondremos las lineas que consideramos fundamentales para formular un auténtico debate político de las posiciones progresistas. Esperamos vuestros comentarios y aportaciones.


I. Globalización, Estado y papel de la izquierda

Los análisis de la sociedad actual coinciden en que el elemento más novedoso con respecto al pasado es el paso a una sociedad global. La globalización, muy diferente a la que Marx y Engels describieron con su ¡Proletarios de todos los países, uníos!, ha ocasionado una debacle en las posiciones de la izquierda que no ha sido capaz de reaccionar adecuadamente para garantizar otra política social y económica. Hemos asistido sin capacidad de reacción a cambios que van más allá del tráfico internacional de bienes, servicios y capitales y que es en la actualidad cultural, tecnológico y humano.


Por ello, desde Foro Ético presentamos un conjunto de propuestas para reconducir el papel de un partido de izquierda en la coyuntura global. 

Así, reconocemos el papel que han de jugar las instituciones transnacionales, especialmente las europeas, para dar un nuevo sentido a la política:
Ante la creciente necesidad de cambiar los modelos de Estado / Nación que actúan en solitario para proteger sus políticas sociales y de soberanía, necesitamos herramientas internacionales de regulación y control de los mercados especulativos así como de soberanías compartidas para que las exigencias de la deuda que contraen los Estados para sostener el Estado de Bienestar se puedan pagar de una manera sostenible y no afecten a la libertad e igualdad de los ciudadanos. Europa debe ser la unidad en la que compartamos nuestra soberanía con otros pueblos, haciendo que las fortalezas económicas y sociales se muestren en conjunto y las diferencias residan en nuestras culturas y formas de vida, pero no en una desigualdad de derechos. Debe ser la socialdemocracia la que avance hacia la cesión de soberanía propia, para compartirla con la ciudadanía europea en un primer paso.



Todo ello para redefinir el papel del gobierno global en el contexto actual: 
“Compatibilizar la globalización financiera con la globalización de los derechos humanos y sociales, pervivencia del Estado-Nación y el ejercicio de la democracia en ambos niveles no solo resulta cada vez más difícil sino que es el auténtico reto de la pervivencia de la democracia social. Hacerlo defendiendo un modelo de economía ordenada y regulada, sometida al bien común de la cohesión social y la dignidad laboral, está resultando más que difícil. Por eso es fundamental abordar con urgencia la ordenación de la economía global y de la regulación financiera internacional. Gobernar y hacer posible la globalización social es la primera y gran tarea de la izquierda, del socialismo democrático internacional”



Desde la caída del Muro de Berlín, la izquierda ha sido especialmente débil. Posiblemente la imagen de D’Alema -frente a Berlusconi en aquel debate que sirve para que Moratti grite aquello de “D’Alema di una cosa di sinistra”[1] ejemplifica el pensamiento débil que ha tenido la izquierda en los últimos años. 

La izquierda debe ser autocrítica con esa deriva ideológica que no hemos combatido suficientemente, con esa aceptación “natural” de valores y culturas contrarias a nuestros ideales: La obsesión por la riqueza, el culto a la privatización y a lo privado, la admiración acrítica por los mercados, la ilusión del crecimiento infinito, el desprecio por lo público, etc., han acabado produciendo un crecimiento de la desigualdad incompatible con nuestro ideario hasta el punto de que puede hablarse de la ruptura del reparto equitativo en el aumento de la riqueza entre empresarios y trabajadores.



Por ello, en la sociedad cada vez más personas exigimos que la política recupere la capacidad de decisión ciudadana, para volver a ser quien marque las reglas de la economía y no al revés. Debemos ser los ciudadanos y ciudadanas, a través de nuestra implicación con los partidos políticos, los que decidamos de qué manera la política se enfrente a grandes desafíos, como el desempleo el cambio climático, hambre, pobreza, migraciones. La ciudadanía cree en los valores de los servicios públicos tras haber comprobado que los recortes en lo público cercenan sus derechos. Solo de la capacidad de unidad de la ciudadanía frente a los retos que los mercados financieros les imponen, se conseguirá que la política sea efectiva. En consonancia con esta unidad, los partidos políticos deben ser entendidos como herramientas de aglutinamiento social, no solo como propulsores de las políticas, como únicos dueños de ellas. La regeneración política se hace necesaria para recuperar la confianza de los ciudadanos en los partidos.
Dentro de los problemas especialmente importantes que está planteando la globalización se encuentran los movimientos especulativos de capitales con origen o destino en los paraísos fiscales, entendidos en sentido amplio. Por ello, planteamos la eliminación total de una de las mayores fuentes de discriminación y de injusticia, como son los paraísos fiscales, así como la incorporación de una tasa sobre las transacciones financieras.



II. Otra Europa 


El debate en la actualidad se polariza sobre el más o menos Europa. No es, en nuestra opinión, el planteamiento acertado. La cuestión es otra Europa, más democrática, más social, más cercana a la ciudadanía. De hecho, el peso de la estabilidad presupuestaria como guía para la acción ha hecho que se olvide por el camino a la ciudadanía europea, especialmente la de los países que más dificultades están pasando, Grecia, Portugal, Irlanda, Italia y España. Las políticas de recortes a las personas han ido acompañadas de unas sangrantes políticas de apoyo a la banca que no son entendibles ni razonables para la ciudadanía. 

En este sentido, no se ha afrontado en su integridad el reconocimiento de la parte de responsabilidad que tienen las instituciones de crédito en esta crisis como consecuencia de prácticas comerciales de riesgo. Los créditos poco razonables que se dieron a los países y a las personas y cuyo coste estamos pagando todos a través de un empobrecimiento generalizado. Lo cual, a su vez, está suponiendo una profunda desigualdad en la salida de la crisis, ya que está habiendo una amplia transferencia de fondos de los países del sur a los del norte, que están aprovechando importantes ventajas para su deuda. 
Por ello, proponemos dar una vuelta al modo en que se está produciendo la construcción europea, partiendo de los problemas que hay de diseño institucional que dificultan la adopción de políticas y frustran el papel democrático. La izquierda tiene que dar un salto adelante y afrontar su papel en el diseño de la construcción europea. Hasta ahora, hemos hecho una verdadera dejación de funciones, como manifestación del pensiero debbole, lo que ha permitido a las posiciones neoliberales asentarse en el seno de la Unión. Todos los Tratados desde Maastricht han ido en la misma dirección de desregulación, liberalización, y mayor peso de la competencia como factor de regulación que impide políticas sociales y ambientales. 

Dentro de los últimos eslabones de esta política neoliberal se encuentra la Directiva de servicios. Ello nos lleva a solicitar la modificación de la Directiva 123/2006, del Parlamento Europeo y del Consejo, relativa a los servicios del mercado interior, con el objetivo de impedir el dumping social, favorecer la protección del interés general huyendo de tentaciones desreguladoras e introducir mecanismos para favorecer la protección del consumidor. 

III. La autocrítica del pasado como vía para ganar el futuro 

El presente del PSOE es consecuencia de su pasado. 

De hecho, pensamos que la brillante primera legislatura de Rodríguez Zapatero -especialmente en materia de reconocimiento de derechos- debió haber ido más allá. La primera legislatura pudo haber resultado mejor si se hubieran teniendo en cuenta algunos elementos. Por un lado, parece claro que se debió contrarrestar la burbuja inmobiliaria desde el comienzo de la legislatura, aún con el riesgo de que hubiera desacelerado la economía y no hubiera permitido llegar al índice de desempleo inferior al 8%. Hubiera sido el momento de afrontar los problemas del sector financiero, especialmente de las Cajas de Ahorro, en particular en cuanto a las condiciones de crédito y a las operaciones especulativas que se estaban haciendo por imitación de lo que ocurría en otras partes del mundo. 

La política fiscal, aunque permitió tres ejercicios continuados de superávit en las cuentas públicas y una rebaja sustancial de la deuda -que empezó la crisis en solo el 30% del PIB-, debería haber impulsado una política de redistribución de la riqueza, especialmente en cuanto a la fiscalidad de las rentas de capital y sobre el patrimonio. 

Debió ser el momento, además, de resolver dos problemas históricos de nuestro país: el energético con una opción mucho más decidida de cambio que impulsara para siempre las renovables y redujera la dependencia del petróleo y de las nucleares y el problema del déficit de financiación de la educación pública y la ciencia en España. El superávit presupuestario hubiera permitido llegar a porcentajes equiparables a los de los países más desarrollados del mundo. 

Pero el problema esencial no estuvo ahí, como es conocido. No se fue capaz de abordar a tiempo y explicar bien la gestión de la crisis y este hecho está condicionando sobre manera el desarrollo de la oposición. Creemos que la autocrítica debe hacerse sobre tres vértices: 

En primer lugar, aunque el Real Decreto Ley 8/2010, de mayo de 2010 introdujo ciertos criterios de equidad, muy diferentes de los recortes del Partido Popular, contenía elementos que reflejan una forma de afrontar el problema que no se correspondía con los principios de la izquierda. Tuvo además, el efecto demoledor de hacer olvidar toda la política de garantía del Estado social que se desarrolló desde el comienzo de la crisis en 2008. 

En ese momento crítico en la Unión Europea -interesadamente crítico en favor de posiciones vinculadas a intereses financieros, nos atrevemos a decir y cuyo origen está en la crisis griega- se debieron equiparar las rentas de trabajo a las de capital, haber incluido mecanismos de fiscalidad ambiental, haber incrementado las plantillas de la Agencia Tributaria para luchar contra el fraude fiscal y de la Inspección de Trabajo para luchar contra la economía sumergida, no se debieron tocar las pensiones y debió haberse negociado con los sindicatos una reforma para conseguir una mayor eficiencia de las Administraciones públicas,  fue el momento de reintroducir el Impuesto sobre el Patrimonio -sin esperar al momento final de la legislatura- y de impedir las bonificaciones autonómicas en el Impuesto de Sucesiones. En definitiva, ante una situación real de crisis se debió haber demostrado que por la izquierda hay otra salida. 

La reforma de la Constitución que se hizo en septiembre de 2011 también constituye un error. No se puede considerar, en el marco de un Estado social como el nuestro y desde posiciones de izquierda, que el pago de la deuda y sus intereses goza de prioridad absoluta en los presupuestos. Por otra parte, se incurrió en un importante déficit democrático, que no debería haber ocurrido, en la forma de modificar el artículo 135, ya que debió haberse sometido a consulta popular, debido a su calado y a que comportaba la alteración de las reglas del Estado social. 

En esta línea, la reforma del sistema financiero debiera haber ido más rápida y haberse hecho de otro modo. Las necesidades de intervención de la banca a través de apoyos públicos debieran haber conducido a una estrategia nacionalizadora que nos permitiera tener un banco público que pudiera aportar crédito a la economía para reactivarla. El hecho de que los fondos del ICO se canalizaran a través de la banca constituyó un gran problema. 

Y por último, se falló, por ausencia de pedagogía y explicaciones del Gobierno y PSOE, en la política de comunicación a la ciudadanía. Pese a que el Presidente Rodríguez Zapatero dio una lección de talante democrático, exponiendo sus medidas, incluso las más complejas, en el Parlamento, el resto del Partido y del Gobierno no fue capaz de seguirle en este empeño, para exponer todo lo que paralelamente se venía haciendo para mejorar la situación de la ciudadanía. Se hizo mucho, pero los árboles del Decreto Ley y la reforma constitucional impidieron ver el bosque de la política social. Y al mismo tiempo, el ansia de salir de la crisis condujo a que se vieran demasiados brotes verdes que acabaron frustrando a la ciudadanía, lo que se unía a una campaña interesada, de exceso en el recordatorio de la crisis, que no explicaba que las políticas de la derecha nos habían conducido a ella; que tenía como objetivo debilitar las políticas sociales que se realizaron, tal como se ha visto con los recortes generalizados del Partido Popular. En definitiva, faltó una política de comunicación que explicara cómo estábamos, las medidas que se adoptaban y que contrapesara la brutal campaña mediática de la derecha.

El problema no se circunscribió, en nuestra opinión, al funcionamiento del Gobierno, sino que el Psoe debería haber estado más raudo a la hora de proporcionar soluciones imaginativas. En efecto, todo lo anterior se corresponde con cierta parálisis en el partido que debía haber hecho un ejercicio de imaginación desde la izquierda en apoyo al Gobierno. Las medidas anteriores y otras que le alejaron de su base social no recibieron la suficiente crítica desde el interior del Partido, salvo casos puntuales en la reforma laboral. Es cierto que la posición del partido que apoya al Gobierno no siempre es sencilla, pero su concurso crítico hubiera sido muy relevante, tanto en lo que se aprobaba como en lo que no se hacía, en él cuándo y en el cómo. De ello ha de aprenderse en el futuro.


Mañana: El debate territorial y  otra forma de hacer política.






[1] Aprile, de Nano Moratti, escena que se puede ver en http://www.youtube.com/watch?v=vLebubDsfr0

10 comentarios:

  1. Entidades locales, competencias y funcionamiento "etico".
    Dentro de las entidades locales existe una duplicidad de competencias o mas bien existe una entidad sin competencias propias, las Diputaciones Provinciales. Si los ciudadanos conocieran con detalles como funcionan, cuanto cuestan y cuales son sus servicios se escandalizarian. Urge un estudio serio y el PSOE deberia afrontarlo. Solo hay que ver algunas de las actuaciones mas destacadas: Aeropuertos varios: Huesca, Castellon . . y es que los Presidentes de las Diptuaciones han sido (siguen siendo) los caciques de la politica, los amos del partido, de todos, porque son los que disponen de dinero para compar lo que haga falta.
    Las Diputaciones y sus fondos economicos son incompatibles con la democracia interna en el /los partidos. Una posicion progresista ha de pasar por contemplar este hecho verificable.

    Atentamente,
    Carlos Camparolas Liesa

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  2. Creo necesario analizar las políticas culturales, económicas, sociales de algunos países como Islandia, Finlandia y sobre todo Latinoamérica que han abordado sus crisis con la participación de todos los ciudadanos, han priorizado la cultura, la educación y la investigación y empiezan a gozar de economías más enfocadas al Bien Común que a la competencia y a la productividad y consumo sin freno. Los países más empobrecidos de la UE y sobre todo los pocos que tienen gobiernos socialdemócratas, deberían estrechar sus relaciones y pensar en común, estableciendo políticas menos marcadas por el economicismo liberal. Hay que hermanarse más con Latinoamérica, reconocer sus aciertos y tener intercambios con los que están al frente de sus políticas.

    Atentamente,
    Matilde Garzón Ruipérez

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    1. No nos obsesionemos tanto con los nórdicos, también tienen sus problemas y muy serios. Saben venderse muy bien.
      Respecto de la educación no hace falta irse hasta Finlandia. En La Rioja encontramos resultados incluso mejores.
      Saludos.

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  3. Me parece muy bien toda discusión (de la discusión sale la luz), pero hoy en España necesitamos con urgencia la ACCIÖN, porque nos están quitando todo, hasta pretenden quitarnos la palabra.

    Atentamente,
    Fernando de Orbaneja

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  4. En la coyuntura global en la que vivimos, la socialdemocracia tiene un papel fundamental unido al fortalecimiento de las instituciones propias de cada país. Estas instituciones tienen que ser respetadas y coordinadas con los demás países. Objetivo: Alcanzar la felicidad de los mortales.

    Atentamente,
    Isabel

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  5. El peor error de Zapatero y de su gobierno, cuando se deciden por el Real Decreto Ley 8/2010, de mayo de 2010, fue no añadir medidas en las que los ciudadanos nos viésemos identificados y pudiéramos ver un atisbo de política de izquierdas. Aparte de las medidas que citáis, hubieran sido necesarias en aquel momento una modificación del IRPF de las rentas altas, una poda de las desgravaciones en el impuesto de sociedades para que éstas se aproximasen al 30% establecido (aquí si que hay dinero para recaudar).
    Hubieran sido necesarias algunas medidas que, aunque alguna fuera populista, hubieran ayudado a la gente a sentirse más identificada con las urgencias de la situación y con un claro afán de ahorrar equitativamente: Que todos los cargos públicos miembros de consejos de administración entregasen las dietas de asistencia a las arcas públicas, puesto que ya cobran otro sueldo, que se hubiese anunciado un plan de supresión de sociedades públicas innecesarias donde todo el mundo conocía a alguien que tenía una bicoca sin hacer nada útil, que se hubieran recortado los sueldos en las cajas y otras empresas públicas hasta la cuantía del sueldo del presidente del gobierno, que se hubiese anunciado el inicio de negociación con otros partidos para la supresión de las diputaciones, intentando llevar el discurso hacia la idea de que la oposición a esta medida era una muestra de insolidaridad con la sociedad, necesitada de ahorrar en gastos innecesarios, etc.
    Ramón

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  6. Mi opinión no es muy técnica,pero alla va. Pienso que en los paises democraticos se necesita una conjunción de todos los estamentos y ciudadania. Creo que es necesario ya que hay un banco europeo que regula nacionalizar la banca,imponer tasas a transacciones cuantiosas,regular el flujo de dinero a traves de estamentos publicos con auditorias ademas de imouestos especiales a grandes operaciones a traves de banca:construcciones,fichajes,coches de lujo...etc. limitar competencias a provincias y comunidades ya que hay demasiados filtros,con las mismas competencias que el gobierno central,TODOS A UNA.En cuestión europea regularizar derechos,sueldos,horarios laborales que sean común a todos los europeos,creo que fue redactada una Constitucion Europea.Porcentaje a ayudas sociales a multinacionales revisando acuerdos,bajadas del Iva y precios que a corto plazo no daran sus frutos pero a medio si,mas consumo,mas ingresos.Especificar una ayuda-renta a familias con graves problemas económicos así como viviendas sociales que sean accesibles. Controlar y limitar precios de viviendas y alquileres asi como regularizar Ibi a patrimonios o estamentos exentos.revisar las leyes,sobre todo las juridicas para delitos muy graves o de violación de los derechos humanos. En cuestión politica y parlamentaria,adjudicar ministerios a personas con experiencia suficiente en cada campo,limitar funciones a politicos,no mas de un sueldo ajustado a un baremo y revisar dietas. Crear una casa del pueblo efectiva con juzgado popular para poder debatir problemas ciudadanos,asi como un servicio de calidad de educación,sanidad,etc por derecho,controlando su uso también,por posibles fraudes. Algo asi aunque mi materia es la económica, sobre todo intentar el bien comun para todos,ricos,pobres,clase media(que casi no queda) y volver a ser una nación ejemplar.Importante:casos de corrupcion,esas personas que no vuelvan a ejercer cargos públicos,y que sean empresas privadas las que se encarguen de su evolución y seguimiento.

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  7. Lo que es una vergüenza es que llevemos 30 años de democracia con los mismos políticos, que por favor, después de demostrar lo que son capaces de hacer, que se vayan y que vengan otros.

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  8. Me uno a la conclusión de que con la autocrítica se levanta un futuro, pero ya es hora de dejar de mirar al pasado y ponernos a ver el presente y sobretodo el futuro. En este sentido, creo que la izquierda debe plasmar las ideas progresistas en hechos reales, acciones concretas (como la retirada de tropas de Zapatero) y comprometerse de manera obligada a cumplir su palabra para como dijo Zapatero "no os decepcionaré". De otra manera, las ideas progresistas volverán a quedarse en los papeles y la desafección de la sociedad con estas ideas aumentará al caer en los mismos errores que la derecha.

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  9. Algunas observaciones:
    1. Curiosa forma de distanciarse del Manifiesto, yendo del adiós a "Proletarios del mundo, uníos" para llegar a la "globalización social del socialismo democrático internacional", algo así como ¿"Proletarios, explotados y marginados del mundo, uníos"?
    Desde la primera gran crisis del capital financiero en 1890, cuando Hilferding calificó como Imperialismo la situación caracterizada por la autonomía del capital financiero y la subordinación por este del capital productivo, ha fluido mucha agua bajo el puente.
    El capitalismo nació al influjo de la primera mundialización comercial y su expansión e internacionalización se ha venido produciendo sobre la base de los grandes avances tecnológicos y de relaciones de fuerza favorables. Nada nuevo bajo el sol; sólo cambios cuantitativos que deben hacernos más cautos a la hora de tirar los emblemas por la ventana.
    2. Otro torno e ritorno. De la ruptura del "reparto equitativo" entre empresarios y trabajadores, a la vuelta del reparto perdido por medio de la recuperación de la capacidad del Poder Político para volver a repartir. Es decir mantener las cosas tal cual sin abordar la modificación de las relaciones sociales de producción, es decir avanzar en el control democrático de la producción y el aumento sensible de la acumulación de capital público que den bases más sólidas a las políticas redistributivas del Estado del Bienestar hoy atropelladas por la actual globalización capitalista.

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