lunes, 8 de julio de 2013

Ser de izquierdas.

Cuando Nietzsche dijo “Dios ha muerto”, en realidad quiso decir que había nacido el hombre, dueño de su destino, sin ataduras impuestas. A inicios del siglo XXI “Dios” pretende resucitar con otro nombre, ahora se llama Dinero, y es el hombre el que puede morir. Si el dinero termina imponiéndose como el nuevo becerro de oro, simplemente tendremos una sociedad como la que conocieron nuestros antepasados, en la que unos pocos serán muy ricos, muchos serán pobres (espero que al menos subsidiados) y habrá un estrato intermedio al servicio de los primeros, haciéndoles la pelota para poder estar donde están, al que quizás se seguirá llamando clase media.
El dinero sin regular jugó al casino financiero creando la actual crisis económica que, solo en España, ha amargado la vida de millones de personas. Y es ahora en plena crisis cuando el dinero puede chantajear sin escrúpulos, pues sabe que tiene todo el poder. El dinero solo pretende generar mas dinero, está en sus genes esta característica, y ante una España vencida, envejecida, ineficiente, dividida entre facciones políticas irreconciliables y profundamente desorientada, aplica lo que sus genes dictan: hay que obtener más dinero. Eso implica que hay que eliminar los derechos de los trabajadores, cosa sencilla cuando hay mas de 5 millones de parados, carne de cañón para la precariedad y los salarios basura. También implica limitar el estado de bienestar y otros mecanismos de reparto de beneficios que dificultan la acumulación de capital por el nuevo amo del mundo.


Ser de izquierdas es desear una vida digna para todos, y organizarse y luchar por conseguirlo. Como diría Rajoy, ser de izquierdas significa luchar por una sociedad donde cada recién nacido tenga un futuro predecible, “como Dios manda”, independiente de la alcurnia de su cuna, raza, país, inteligencia o minusvalía. Que tenga una infancia feliz, bien alimentado, sano, con una educación de calidad, que ya de adulto tenga acceso a un trabajo digno, a una vivienda, a crear una familia, que pueda disfrutar de la cultura, de un entorno sostenible y humano, protegido ante incontinencias desagradables como la enfermedad y el paro, y una vez jubilado disponga de su tiempo en un mundo amable y de los cuidados que pueda merecer su declive físico. Dependiendo de sus capacidades y esfuerzos unos tendrán más y otros menos, pero nadie tendrá menos de lo necesario para una vida digna. Ese es el modelo de izquierdas, nunca conseguido, pero en el que antes de la crisis se estaba avanzando.

La crisis y el chantaje posterior a la crisis ha dejado a la izquierda profundamente desorientada y dividida, no sabiendo que hacer, y en eso la derecha ha copado prácticamente todo el poder en España. No quiero ser injusto con el votante del PP, que probablemente desea un mundo tan feliz como propugna la izquierda, y que incluso cree que solo se conseguirá gobernando los suyos, pero es evidente que quien tiene el poder, el Dinero, no se anda con tonterías, y sabe que unos les serán más útiles que otros, aunque solo sea para engañar a todos.


Si la izquierda sigue sin saber qué hacer hará lo que se hace es estos casos, actuar a la defensiva, estupenda estrategia para contemplar cómo se pierde una batalla tras otra, un derecho tras otro, con alguna contención puntual al tsunami a base del sobresfuerzo de movilizaciones en la calle. 

Si no queremos ser esclavos del dinero, sino mantener el objetivo de un hombre digno en una sociedad digna, la izquierda solo tiene un camino, y es pasar a la ofensiva, y para ello lo primero que tiene que hacer es aclarar sus ideas. Algunas sugerencias:

-En este mundo globalizado y competitivo no vamos ser prósperos por ser guapos. O cuidamos la economía o nos hundimos. Tenemos que aumentar la productividad a base de innovación y excelencia, o nos veremos obligados a hacerlo al estilo chino, a base de jornadas laborales interminables. Tampoco se debe gastar lo que no se tiene.

-Los servicios públicos tiene que ser necesarios y eficientes, ofreciendo la mejor calidad al menor coste posible. El objetivo de estos servicios es el beneficio de los ciudadanos, no los intereses corporativos de nadie.

-La sociedad tiene que ser culta, informada, madura y responsable, si de verdad se pretende que sea la sociedad y no el dinero el motor del cambio. La educación es el principal arma. Los parásitos sociales, los aprovechados, los derrochadores, y por supuesto los corruptos deben ser reprobados.

-Se requiere un partido de izquierdas con capacidad para hacer oposición y para gobernar. Hablo del PSOE. Este partido, democrático y plural, tiene que ser como la sociedad que pretende representar, y debe de estar donde esta la gente y debe incluir en sus programas los deseos y las necesidades de la gente. Si no sabemos combinar la ideología con la realidad tenemos un problema.

-Todos los militantes de izquierdas deben ser moralmente intachables, ideológicamente bien formados, y técnicamente preparados si tienen que gestionar asuntos públicos, como en su momento diseñó Pablo Iglesias el PSOE.


Damián Zamorano Vázquez. 
Médico
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