A raíz del anuncio que realizó a fecha de 26 de junio el Presidente de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán, fue un buen compañero el que me animó a escribir un artículo sobre la situación actual del PSOE y lo que opinaba al respecto, y a ello me dispongo.
Nos encontramos en una situación en que, los políticos, han pasado de ser vistos como una vía de solución ante los problemas ciudadanos, a ser un obstáculo para la solución, y esto no es una situación a la que se haya llegado como casualidad del destino, ni tampoco susceptible de conspiraciones misticista al puro estilo de la Santísima Trinidad, sino que se trata de un hecho fruto de la causalidad, de ciertos errores que no fueron baladís y que calaron como rayos en el conjunto de la opinión pública y que difuminan el gran cúmulo de aciertos y avances conseguidos con años de gobierno socialista.
Estos son los hechos, y estas las preguntas: ¿Estamos actuando con la contundencia que nos exige la ciudadanía? O mejor dicho, ¿Estamos actuando de acuerdo a las demandas ciudadanas? Me gustaría puntualizar que este artículo no tiene como intención responder a estas preguntas, sino la de intentar hacer reflexionar, aprovechando los procesos que actualmente se ventilan en el seno del partido, y que, cada uno, de acuerdo a sus reflexiones y convicciones, se responda a si mismo.
No podemos negar la crisis de la “marca” PSOE a ojos de la ciudadanía, esto es un hecho ya incontestable, errores que ya han sido reconocidos (con más o menos intensidad, que cada uno haga su juicio particular), crisis que viene acompañada de la asociación a ojos de algunos sectores sociales del acercamiento al neoliberalismo, como si de un paso a la derecha ideológicamente hablando se tratara, que culmina con el famoso eslogan PPSOE, y creo que en esto coincidiremos la mayoría que este no es un hecho baladí ni casual, sino que proviene de algunas de las medidas llevadas a cabo en la última legislatura de Zapatero, siendo la más visual de ellas la reforma del artículo 135 de la Constitución, simplemente vergonzante, no siendo menos cierto que los aciertos y avances superan con creces a los errores cometidos.
Nos encontramos en una situación en que la indignación social llega a extremos totalmente desconocidos hasta el momento, una sociedad angustiada por las cifras de paro, por la pobreza, por el expolio bancario que queda patente en materia de preferentes, por la corrupción, fruto de un sistema opaco que, por el momento, y pese a ser una de las mayores preocupaciones sociales, solo ha habido declaraciones de intenciones y ni una medida concreta por parte del Gobierno al respecto.
En el marco de esta agonía cuotidiana, el partido ha abierto un proceso de conferencias, cuyo fin es la elaboración de un programa de ideas que guíen la actuación política del partido, proceso del que mantengo mis dudas por las formas y que no voy a exponer aquí, por no ser el tema que nos ocupa. Uno de los principales objetivos que vertebra el proceso es la escucha de las demandas ciudadanas, no obstante, no se da voz los diferentes colectivos con auge social en este momento (Plataforma de afectados por la hipoteca, preferentistas, 15M…) que nos pueden gustar más o menos, pero lo que es innegable es que han adquirido un importante peso social y mediático.
Pero la verdad es que no cabe esperar a la terminación del proceso político que se desarrolla para dar respuestas contundentes, tan contundentes como repugnantes son las medidas del gobierno que hay que contestar por la izquierda y desde la izquierda. No nos podemos permitir por ejemplo que sea UPyD quien abandera la causa de los preferentistas, que ocupe los titulares, por la presentación de una querella por la causa, y menos cuando, dentro del mismo partido se presentó un requerimiento formal desde la Plataforma de Foro Ético para que se presentara la misma por parte del PSOE, obteniendo por respuesta un desfasado e injustificable de que “se estaba estudiando”. Pues eso, mientras estudiamos, llegamos tarde al examen. Este es un ejemplo de que hay una insuficiencia en la inmediatez de la respuesta ante un determinado problema, (cuestión que se agrava cuando se trata de un drama social que llevamos arrastrando años como son las preferentes).
Sinceramente, tengo la firme convicción de que se ha terminado la época de la alternancia electoral, así lo indican las encuestas, aunque nos queramos tapar los ojos con la tela de la indiferencia premeditada y en algunos casos interesada. Es necesario que se establezcan instrumentos que hagan del Partido Socialista un partido poroso ante las circunstancias sociales, que se adapte al contexto, a las demandas ciudadanas. Es necesario un auténtico pacto social al más puro estilo roussiano, del que la ciudadanía se sienta partícipe y representada, que devuelva ante los ojos de la sociedad de forma nítida la identidad socialista, que solo puede venir de la mano de respuestas rotundas, ante un gobierno sin alma y dispuesto a implantar su modelo cueste lo que cueste.
Una renovación de ideas y acciones que debe venir acompañada de nuev@s mensajer@s, que inspiren la confianza perdida, una nueva imagen que provenga del pacto social, una imagen elegida (y así se ha anunciado que será) por y para la ciudadanía; es necesario un contrato ciudadano integral, en que se adquieran compromisos claros, que se recupere la pasión por la democracia y los valores de un partido en que los integrantes se comprometan en gustar más a la ciudadanía y despreocuparse tanto de ser del agrado de sus cúpulas, que envuelva su marca de nuevo de fuerza y frescura con una renovación completa. Griñán ya ha dado el paso, declarando que “solo nuevos pilotos, llevarán a nuevos horizontes”, decisión que fue calificada por Rubalcaba como “atinada”, y así la considero yo también, aunque cabe subrayar lo que en su día dijo Pablo Iglesias, que “no solo hacen adeptos los partidos con sus doctrinas, sino con los buenos ejemplos y la recta conducta de sus hombres”. Es asunto de urgencia la renovación, no solo del/la mensajer@, sino de acciones y convicciones. En definitiva, me gustaría terminar con unas palabras de Bertolt Brecht que sustancian el contenido de las líneas que nos preceden, y es que “la crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer”, es tiempo de savia nueva.
Antoni Benito Bou
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Un cambio REAL Y PROFUNDO que sea percibido por la ciudadanía, nos daría la posibilidad de recuperar la credibilidad que tanto necesita la POLITICA nuevamente.
ResponderEliminarYo me conformaría con que hubiera savia, y que esta fuera buena, no toxica. No hay savia nueva en el PSOE, pues nadie se esta afiliando al partido. Los que controlan las ejecutivas provinciales del PSOE en Andalucía (¿es esta la savia nueva?) no pueden incluir en su curriculum ningún intento para dotar de savia nueva al partido y, es mas, laminan sin más cualquier disidencia interna: nunca integran a los de sensibilidad distinta.
ResponderEliminar¿Cómo aportar savia nueva?. 1. Debatiendo lo que interesa a la sociedad, y el modelo de partido, y para ello hay una conferencia nacional en octubre (las propuestas son un tomo de 300 paginas). 2. Eligiendo, de nuevo tras amplia debate, las personas que se juzguen mas capaces para llevar adelante el proyecto decidido, y también a los que se presentaran como candidatos del PSOE.
No entiendo que buscar savia nueva sea hacer unas primarias andaluzas tan precipitadas. Si se hubieran hecho las cosas bien las primarias andaluzas serian un excelente revulsivo para la renovación del PSOE. Tal como se están realizando las cosas serán solo otro motivo de desprestigio del PSOE ante la sociedad
Hay una parcial explicación sociológica a la llamada a la savia nueva como el bálsamo de Fierabrás de todos los males. En el 2011 el PSOE perdió un enorme poder institucional, al perder las elecciones municipales, autonómicas y generales. Se imposibilitaba la formación de los jóvenes militantes, que en condiciones normales se foguean y cogen experiencia en cargos intermedios de las administraciones publicas bajo la tutela de políticos y gestores con mas experiencia. ¿Qué es lo que ha ocurrido?: que ante la escasez de cargos públicos los jóvenes directamente han jubilado a los mayores para copar los escasos cargos accesibles. A los jóvenes les ha sido fácil tomar el poder, los mayores estaban aturdidos por los reciente fracasos, y los jóvenes, curtidos en las luchas en las juventudes socialistas, estaban mas capacitado para una victoria en operación relámpago. El PSOE hoy día, y hablo de Andalucía que es lo que conozco, es un partido de base rural y ha perdido el voto más formado, que es el urbano, el de las clases medias, e incluso el voto de ilustrado de izquierdas. Si el PSOE quiere recuperar la mayoría social lo que debe es reincorporar esos sectores a sus filas, y esto requiere sobre todo ideas/programas, y una combinación prudente de savia nueva y sabia experta. Si la apuesta definitiva y excluyente es savia nueva puedo anticipar que en Málaga el PSOE nunca le arrebatará la alcaldía al “anciano” Paco de la Torre (PP), ni en Andalucía un grupo juvenil liderado por Susana Díaz ganará las elecciones. Experimentos de incapacidad no serán aceptables en momentos como el actual de crisis, sobre todo porque el recuerdo de Zapatero es reciente (¡Ay¡, si Zapatero le hubiera hecho caso a Solbes cuando se inició la crisis)
ResponderEliminarLa formación de jóvenes no justifica el cambio, el resultado de las Primarias Andaluzas lo demuestran, se apuesta exclusivamente por un candidato, "casi a dedo", desmerece al candidato y crea sospechas ¿eso es la RENOVACION?, ¡ NO !, necesitamos máxima transparencia en Primarias (un militante un voto, e igualdad de oportunidades para todos los candidatos).
ResponderEliminarDejar que el Comité de Ética funcione de verdad, activar la RESPONSABILIDAD POLITICA en la corrupción, ¿Cómo queremos presentarnos ante los ciudadanos es IMPORTANTE, ¿con algún barniz, que nos disimule pero sin cambios profundos?, claramente NO. Mientras eso no suceda, sin la credibilidad, sin la confianza, sin el cambio los VOTOS NO volverán al PSOE.